El palacio del Parlamento rumano también se conoce como Casa Poporului (casa del pueblo) pues ese era el nombre inicial que fue cambiado tras la caída del gobierno socialista. Fue mandado construir por Nicolae Ceausescu en 1984 según un proyecto de la arquitecta Anca Petrescu. Esta decisión fue tomada tras la gira por Asia que Nicolae Ceausescu hizo en 1971 por Vietnam, China y Corea del Norte, quedando impresionado por las amplias avenidas y plazas sobre todo de Pyongyang.
Para conseguir la realización del parlamento se destruyeron varios barrios de la zona alta de la ciudad, entre los que se encontraba el barrio judío. En total más de 10.000 casas fueron barridas forzando el desalojo de más de 100.000 personas, y destruyendo doce iglesias, dos sinagogas y tres monasterios.
El Parlamento de Bucarest tiene una extensión de 270 m. por 240 m.. Dispone de alrededor de 350.000 metros cuadrados, y es el edificio de uso administrativo más grande después del Pentágono de Washington DC. Consta de doce pisos, cuatro de ellos son subterráneos y uno de ellos antinuclear. El proyecto inicial fue de 8 pisos.
Interiormente está alumbrado por 4.500 arañas de bronce y cristal, mármoles, alfombras, puertas con un peso de 5 toneladas, con mobiliario en maderas nobles como cerezo, olmo, nogal y roble, todo ello repartido en tres mil habitaciones y cuarenta salas que se utilizaban para despachos, recepciones y banquetes.
Se construyó con impresionantes medidas de seguridad para que pudiera soportar un seísmo de 8,5 grados en la escala de Richter.
Cuando Nicolae Ceausescu fue derrocado no se habían terminado las obras del palacio y a punto estuvo de ser derribado, aunque se pensaron también otras opciones para la construcción, como cubrirlo de tierra a modo de monumento contra el comunismo o convertirlo en casino.
Desde 1994 es un edificio al que se le han otorgado múltiples usos, que alberga por ejemplo las sedes del Parlamento y del Tribunal Constitucional, juzgados para bodas, un centro internacional de conferencias, doce salas de conciertos y los museos de arte contemporáneo y de trajes folclóricos.
En el pensamiento de Nicolae Ceausescu el palacio debía ser el epicentro de una nueva ciudad, una obra de grandes dimensiones que hiciera recordar al dirigente que mandó su construcción. Una obra con un alto presupuesto que consumió el 20% del PIB rumano mientras el pueblo soportaba las penurias de su coste; una obra en la que participaron más de 300 arquitectos y más de 20.000 trabajadores y que costó la vida a muchos de ellos.
Nos queda sin embargo la espectacularidad de su contemplación y la posibilidad de hacer una visita guiada por algunas de sus salas, únicamente posible para los grupos grandes que pidan permiso con carios meses de antelación, permiso que por otro lado, no siempre es concedido.
Fuente: www.greturviajes.com
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