En el suroeste de Londres, pero todavía dentro de los amplios límites de la capital inglesa, nos encontramos con uno de los barrios más exquisitos y elitistas de la ciudad: Wimbledon. Famoso por su centenario y elegante torneo de tenis -en el que se obliga a vestir a los participantes de riguroso blanco-, este suburb respira cultura y posee una ajetreada vida artística, especialmente después de la reapertura del New Wimbledon Theatre, con la que se completa la oferta del pequeño Broadway local.
En medio de este paisaje de paz en el que se analizan las páginas de economía de los periódicos, abundan los puros y los monóculos, y se respeta la hora del té surgió The Crazy Gang. Como su nombre indica fue una banda de locos que se unió sobre un terreno de juego para patear a los rivales y de paso practicar un poco de deporte. Entre este grupo de santurrones destacó el pequeño rebelde Dennis Wise, pero sin lugar a dudas el abanderado del gamberrismo del Wimbledon FC fue Vinnie Jones, el tipo duro por excelencia.
Pese a que representó a la selección galesa por linaje paterno, Vincent Peter Jones nació el 5 de junio de 1965 en el condado inglés de Hertfordshire. “Cree y no temas” era el lema del condado, el cual Vinnie aplicó durante el resto de su vidas. Como es habitual en este tipo de jugadores, Vinnie creció en un hogar roto del que no dudó escapar en cuanto tuvo la mínima oportunidad. A los 16 años, recogió sus enseres personales y decidió buscarse la vida por su cuenta. No le fue nada mal.
Su carácter batallador, en muchas ocasiones violento, le sirvió para iniciar su carrera de futbolista mientras arañaba dinero ejerciendo de peón de obra. Comenzó su carrera en el humilde Wealdstone e incluso se atrevió a mudarse a Suecia para jugar en el IFK Holmsund, que vagaba por las divisiones inferiores suecas. Su contundencia en el centro del campo llamó la atención del Wimbledon FC, que no tardó en reclutarle para su salvaje proyecto. Durante sus dos etapas con los Dons, Vinnie dejó su sello y los llevó a vivir los mejores años de su historia, llegando a alcanzar la sexta plaza de la Premier League como el mejor puesto jamás logrado por el club.
Vinnie Jones también vistió las camisetas del Leeds, Sheffield United, Queens Park Rangers y de otro club pijo como el Chelsea, pero sus mayores gamberradas las cometió bajo la negra camiseta del Wimbledon. El incomprendido Paul Gascoigne todavía recuerda el feroz marcaje al que le sometió Vinnie: “Nunca he protestado por ninguna entrada, pero aquello eran agresiones. Sentía su aliento siempre detrás de mí. Durante una jugada se acercó a mí para decirme: Me llamo Vinnie Jones, soy gitano, gano mucho dinero y te voy a arrancar la oreja con los dientes”.
La oreja de Gascoigne se mantuvo intacta, Vinnie se ensañó con otra parte de su anatomía, como refleja la fotografía que ilustra el artículo. “No sé cómo Paul todavía puede usarlos después de eso”, recuerda con sorna Vinnie años después. Su episodio con Gascoigne es sólo uno dentro del extenso curriculum de agresiones de quien tiene el dudoso honor de ser el jugador con el mayor expediente de sanciones de toda la historia del fútbol inglés, y el récord de la expulsión más rápida, al ver la roja a los tres segundos de partido.
En 1992, la Federación inglesa le multó con 300.000 euros por comercializar un vídeo en el impartía sus particulares lecciones de fútbol. Para quien no haya visto el vídeo y quiera hacerse una idea de cual era su contenido, se titulaba Los duros del fútbol y se expuso en la sección de deportes violentos junto a los de Boxeo y Karate. No he visto el vídeo, pero llegó a dudar si en él aparece en algún momento un balón. Entre sus enseñanzas se incluye su particular forma de ayudar a un rival: “Cuando derribo a un rival le ayudo a levantarse. Le pongo las manos en las axilas y le estiro con fuerza de los pelos”. Ni Barrio Sésamo era tan educativo.
Actualmente, Vinnie Jones desarrolla una exitosa carrera como actor en la que acapara los papeles de tipo duro, especialmente bajo la dirección de Guy Ritchie, con quien participó en Lock & Stock y Snatch: cerdos y diamantes. Aprovechando su estancia en Hollywood, Los Ángeles Galaxy intentó devolverle a los terrenos de juego, pero Vinnie respondió que la oferta llegada “quince años tarde”. Además, ya ha encontrado otro modo de calmar sus ánimos sin el balón de por medio. El mundo todavía no está a salvo de Vinnie Jones y es posible que no lo esté nunca. Como dijo Guy Ritchie, si llegase el apocalipsis sobrevivirían pocas cosas, pero entre ellas estaría Vinnie Jones.
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