lunes, 27 de febrero de 2012

El búlder, la escalada más familiar


Las escalada ofrece infinitas posibilidades y no todo son ascensos a ochomiles. "El búlder está de moda. Es la escalada sin cuerda sobre bloques de piedra, relativamente, cerca del suelo. Se trata de subir por el sitio más complicado o tan solo por el más divertido", explica Óscar Martínez, pionero de esta especialidad y que lleva practicándola desde hace 15 años.


"Engancha porque no todas las personas pueden subirse a 30 metros o más por vértigo. El factor miedo disminuye. Y es mucho más barato. Solo se necesitan una colchoneta de protección, los pies de gato y magnesio para las manos", comenta Andrea Cartas, Directora del Centro de Tecnifiación Madrileño de Escalada, que forma parte, junto a Óscar, de Trangoworld, el mejor equipo de escalada.

El madrileño añade: "El búlder es muy familiar. Puedes ir con tus hijos y con los amigos. Es social, divertido y cómodo porque una roca puede ofrecer diferentes niveles y todo un grupo puede estar escalando a la vez. Mucha gente de oficinas, que no puede salir a la montaña todos los días, también le está cogiendo el gusto en los gimnasios. ¡Cómo si fueran a clase de aerobic! Además, casi no hay peligro". ¿Casi?
Piedras de 3 a 6 metros

"La altura normal de las piedras que escalamos es de tres a seis metros, aunque se llega a 15. Los que están abajo con la colchoneta, los porteadores, tienen una labor muy importante: deben amortiguar la posible caída", advierte el escalador de 41 años. "Si no caes bien, puedes hacerte un esguince o algo peor. Se suelen sufrir sobrecargas y tendinitis", dice la granadina, quien a sus 30 años y, después de ser tercera en el Campeonato de España de Dificultad 2011, se ha convertido al búlder.

El búlder comenzó como entrenamiento para la escalada tradicional. Con el tiempo, se individualizó y requiere sus propias cualidades. "Sobre todo, explosividad. Es su esencia", afirma Óscar. "Hay que entrenar el tren superior, en especial los antebrazos y los dedos, cuyos tendones tardan dos años en desarrollarse", comenta Andrea. Su compañero de equipo pone un ejemplo: "Somos capaces de colgarnos de una regleta de 10 mm, con un lastre de 50 kg, y hacer entre 30 y 80 dominadas".

Aparte del deporte, es fundamental "el contacto con la naturaleza y respetar el campo", concluye Andrea. "Para mí es una filosofía de vida", Óscar.

La meca del búlder se encuentra en la ciudad francesa de Fontainebleau, a 70 km de París. Allí, alrededor de 1900, comenzaron a practicarlo en un bosque de piedras. "Es el sueño de todo escalador de búlder. Es como un parque de atracciones, con bloques de miles de formas y arena de playa debajo", describe Óscar Martínez. Su compañera en el equipo Trangoworld, Andrea Cartas, lo descubrirá "este año". En España, el búlder se comenzó a practicar en los 80. En septiembre se celebrará en Barcelona el Nacional.

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