miércoles, 21 de diciembre de 2011

Idolos: El Trinche Carlovich, el Maradona que no fue..



La historia de los grandes cracks argentinos lo tiene injustamente olvidado. Sin embargo, la magia de Tomás Felipe Carlovich revive día a día en Rosario. La leyenda dice que su habilidad para tirar caños era insuperable, que la calidad ese número cinco era tan grande como sus poco afecto a las prácticas, que pudo ser una de las más brillantes estrellas de este fútbol y que fue mejor que Diego Armando Maradona.

Los 56 años de Carlovich llegaron con algunos problemas. El año pasado le implantaron una prótesis en la cadera derecha por una osteoporosis y Tomás Felipe, que tiene una pensión de 150 pesos, necesitó de la ayuda económica de periodistas, fanáticos y amigos para encararla.

El mayor recuerdo sobre el "Trinche" se remonta al 17 de abril de 1974 en encuentro entre un combinado rosarino y la Selección argentina. Aquella noche, Carlovich le dio un tremendo baile al equipo nacional, que se preparaba para jugar el Mundial de Alemania. Nadie de los presentes podrá olvidar lo que Tomás Felipe hizo en la cancha, ridiculizando a un rival.

"Tiré un caño y cuando el defensor se dio vuelta le tiré otro. Lo hacia seguido, aunque ese día la cancha se venía abajo. Fue la única vez que se abrazaban los de Newell''s y los de Central", días atrás al diario deportivo Olé. "Creo que el primer tiempo terminó 3 a 0 a favor nuestro. Y la gente coronó los 45 minutos iniciales con un aplauso que me quedó grabado a fuego. El resultado final fue 3 a 1", confió.

El "Trinche" debutó en Primera División con la camiseta de Rosario Central, aunque sólo jugó un partido. Cuando se fue de Arroyito, arrancó en el ascenso, donde pasó por Flandría hasta llegar a Central Córdoba ("lo más grande que me dio la vida). En el "Charrúa", Carlovich es uno de los ídolos más amados. "Avisen a los muchachos que esta noche juega el 'Trinche'", dicen que se gritaba por aquellos días.

Central Córdoba fue su hogar; el estadio Gabino Sosa, la casa que lo albergó y le vio hacer las mejores y endiabladas travesuras.

Carlovich jugó también en Mendoza. Allí pasó por Independiente Rivadavia y Deportivo Maipú, donde dejó un lindo recuerdo. En Colón de Santa Fe no tuvo suerte: las lesiones no lo dejaron demostrar su habilidad. Cuando volvió a Central Córdoba recién amanecía la década del ochenta. Jugó seis años hasta retirarse en 1986. En el medio, consiguió un ascenso a la B.

"La verdad es que yo no tuve otra ambición más que la de jugar al fútbol. Y, sobre todo, de no alejarme mucho de mi barrio, de la casa de mis viejos donde voy casi todas las tardes, de estar con el Vasco Artola, uno de mis mejores amigos que me llevó de chico a jugar en Sporting de Bigand", aseguró hace poco. Sin embargo, desmiente todo lo que su rumorea, como que se fue a pescar cuando Menotti lo llamó a la Selección. "Se dicen muchas cosas y varias no son verdad", aseguró.

José Pekerman dio tiempo atrás la sorpresa: en su equipo ideal ubicó a Tomás Felipe Carlovich como el número cinco. Pero el técnico de la Selección argentino no es el único que cedió a las buenas artes del "Trinche". Son muchos más en el mundo del fútbol que supieron de su magia. César Luis Menotti, un rosarino, dice que "Carlovich fue uno de esos pibes de barrio que, desde que nacen, tiene como único juguete la pelota. Era impresionante verlo". Carlos Griguol también lo conoció: "Tenía condiciones técnicas únicas. Al marcarlo, el tipo desaparecía por cualquier lado y con él desaparecía el balón".

Pero quizás las palabras más increíbles que pueda haber escuchar el "Trinche" fueron las de Diego Maradona, el hombre al que todavía sueña con conocer. Según cuentan las crónicas, cuando el "Diez" llegó a jugar a Newell?s, un periodista le confesó el orgullo por recibir en Rosario "al mejor jugador". Pero el "Diez", rápido como siempre, contestó: "El mejor jugador ya jugó en Rosario y es un tal Carlovich".

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