jueves, 21 de abril de 2011

México D.F.


La antigua Tenochtitlan, capital de los aztecas, es hoy una de las mayores aglomeraciones urbanas del planeta. Pocas ciudades pueden presumir, además, de una historia tan rica y antigua como la que posee la capital mexicana, ya que sus orígenes se remontan hacia el año 2000 a.C., es decir, unos 3500 años antes de la llegada de los españoles, los cuales instauraron lo que se conoce como etapa Virreinal, que duró alrededor de 300 años, hasta que los mexicanos proclamaran su independencia, allá por 1810.


Esto se traduce hoy en un sinfín de sitios muy atractivos e interesantes para el visitante, como las ruinas del Templo Mayor, en pleno centro, en las inmediaciones de la plaza del Zócalo, en la cual se sitúan también el Palacio Presidencial, el Ayuntamiento y la Catedral Metropolitana. Este es el punto de partida del DF moderno, desde el cual podemos acercarnos al Palacio de Bellas Artes, merendar en la Casa de los Azulejos o simplemente pasear por la Alameda Central.

Para los que les gusten los museos, imprescindible el Museo Nacional de Antropología e Historia, el cual nos ofrece un extenso recorrido por las culturas prehispánicas (Olmecas, Toltecas, Aztecas, Mayas…). Recomendables también el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Popular; el Museo Nacional de Historia, en Chapultepec; y por supuesto la Casa Azul, casa-museo en la que vivieron Frida Kahlo y Diego Rivera, situado en el bonito barrio de estilo colonial de Coyoacán, sitio perfecto además si queremos buscar un resquicio de tranquilidad en una ciudad bulliciosa, en la que el ajetreo de gentes y coches parecen no descansar nunca.

Visitas indispensables también para cualquier visitante, el barrio de San Ángel, para impregnarnos de la atmósfera más tradicional, y, si puede ser un sábado, mejor que mejor, puesto que es día de mercado; si de mercados se trata, también es recomendable dejarse caer por el de la Ciudadela, donde podremos adquirir plata o las famosas katrinas, representaciones de la muerte; el Paseo de la Reforma, donde podremos contemplar la estatua del Ángel de la Independencia; darnos un paseo en trajinera por las aguas de Xochimilco; y cómo no, la Plaza Garibaldi, para disfrutar de un buen mariachi mientras nos tomamos unos tequilas.

Y cuando nos asalte el hambre la gastronomía mexicana nos ofrece un amplio abanico de posibilidades desde los chilaquiles del desayuno, tortillas del día anterior; pasando por la sopa de flor de calabaza; los tamales, pasta de hojas de mazorca o plátano rellenas de pasta de maíz y cocidas al vapor; y cómo no las tortillas rellenas de carne de ternera, pollo o cerdo y aliñadas con chile o guacamole; para los más golosos tarta de cajeta; y para los estomagos curiosos interesados por la comida exótica escamoles, huevas de hormiga. Estos son solo algunos ejemplos.

Los amantes de los deportes no dejen de visitar el Estadio Azteca, único estadio que ha acogido dos finales de la Copa del Mundo (1970 y 1986) o el Estadio Olímpico Universitario, sede de los Juegos Olímpicos de 1968, sito en la Ciudad Universitaria y perteneciente a la UNAM, entidad que, en mi opinión, merece una entrada aparte, prometido.

En definitiva, México D.F., el motor de la segunda economía latinoamericana y uno de los países más visitados del mundo, cosa que a un servidor, la verdad, no le extraña, pues es un país para descubrir, empezando por su magnífica capital.


1 comentario:

  1. esto me saco de apuros de mi tarea y aparte de eso esta de lujo les saco un .........................................10000000000000!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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