jueves, 23 de junio de 2011

Peter Dubovsky, requiem por un genio


Tal día como hoy hace once años nos dejaba Peter Dubovsky. Un fatídico resbalón al borde de una cascada mientras disfrutaba de sus vacaciones en Tailandia nos arrebataba al genial futbolista eslovaco.

Nacido en Bratislava el 7 de mayo de 1972, comenzó a dar sus primeras patadas a un balón en el FK Vinohrady, club del que daría el salto a uno de los grandes de su país, el Slovan de Bratislava en 1989. A los 19 años ya había debutado con la selección absoluta de la entonces Checoslovaquia y en 1993, con tan solo 21 años, llamó la atención de uno de los grandes, ya no de Eslovaquia, sino de Europa, el Real Madrid, el cual se hizo con sus servicios, no en vano acababa de ser elegido mejor jugador eslovaco del año. Pese a conquistar una liga y una supercopa de España en sus dos temporadas con el conjunto merengue, Peter no acabó de triunfar en la capital de España y en 1995 recaló en el Real Oviedo, club en el probablemente desplegó su mejor juego.

No solo el conjunto carbayón disfrutaba de su excepcional zurda, sino que en la capital del Principado Peter se encontraba feliz. En el vestuario todos sus compañeros solo destacaban por encima de sus virtudes futbolísticas su gran calidad humana, incluso gozaba de cierta fama en lo que aconsejar y ayudar a los jóvenes canteranos que disfrutaban de sus primeras oportunidades con el primer equipo se refiere.

Pero todo se truncó aquel 23 de junio de 2000. El bueno de Peter había salido de excursión para explorar la selva de Koh Samui, en el Golfo de Tailandia, y al llegar a una cascada, unos dicen resbaló, otros que se lanzó al agua sin tener en cuenta la poca profundidad, el caso es que la caída de 10 metros fue demasiado, y pese a que llegó con vida al hospital después de más de cinco horas de rescate, nada se pudo hacer por salvarle. Aún recuerdo las lágrimas de todo un tipo duro, como Fernando Hierro en la concentración de la Selección Española en tierras holandesas al conocer la noticia. Se había ido un gran futbolista, pero sobre todo una mejor persona.
El Real Oviedo retiró durante tres campañas su dorsal con el número 10 a modo de homenaje.

Con la selección nacional absoluta de Checoslovaquia fue internacional en 14 ocasiones, anotando 6 goles. Tras la escisión del país en 1993, defendió los colores de Selección Eslovaca en 33 ocasiones, en las que anotó doce goles. En el momento de su muerte era el máximo goleador de la historia de su selección.

Desde este blog queremos tributarle este humilde homenaje, y os dejamos con algunos de sus mejores momentos en los terrenos de juego.

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